segunda-feira, 22 de dezembro de 2008

Estado brasileño al banquillo

Más de 70 organizaciones sociales conformaron el Tribunal Popular donde se juzgó la implementación de la violencia contra los sectores populares. Brasil es al país con más muertes registradas en manos de fuerzas estatales.
Por Rodrigo Menitto | Desde San Pablo, Brasil
19|12|2008

En la tradicional Facultad de Derecho de la Universidad de San Pablo (USP) entre los días 4 al 6 de diciembre el Estado brasileño fue acusado en diferentes casos de crímenes de lesa humanidad cometidos contra la población.

A lo largo de cuatro secciones se presentaron documentos y testimonios de amigos y familiares de las víctimas de los cuatro casos emblemáticos de violencia estatal: Operación Militar en la Favela Alemão en Río de Janeiro, 2007; sistema carcelario y ejecuciones de jóvenes negros en Bahía; la Masacre de Mayo San Pablo, 2006; criminalización de los movimientos en Río Grande do Sul, 2008.

El tribunal contó con la presencia de militantes y docentes universitarios de gran trayectoria en las luchas sociales y en la defensa de los derechos humanos en Brasil. Entre las organizaciones participantes estuvieron el Grupo Tortura Nunca Más, Centro Étnico Conocimiento Socio-Ambiental, Foro Permanente de Ex-Presos y Perseguidos Políticos, la Pastoral Operaria, la Asociación de Parientes y Amigos de Presos de Bahía (ASFAP-BA), el Movimiento Malcon X y Grass Roots Movement de Estados Unidos.

El presidente de la Asociación Brasileña de la Reforma Agraria (ABRA), Plinio Arruda Sampaio, fue el promotor en la sección final del juicio. Pidió la pena máxima, por entender que en las acciones del Estado existió intención de cometer los crímenes presentados.

Sampaio argumentó que "el crimen se llama criminalización de la pobreza, donde se imponen restricciones, carencias, sufrimiento, injurias al pobre por el hecho de ser pobre".

Para encerrar las conclusiones del proceso, Sampaio atribuyó, además, responsabilidad de los crímenes a los tres poderes del Estado: "Terrorismo sicológico, invasión de domicilio, agresión física y agresión moral, tortura, ejecución sumaria, tratamiento deshumano de presos menores de edad, insuficiencia de gastos en las periferias pobres de las ciudades".

"La policía mata, pero quien sepulta es el Judicial". Con esta frase del comisario Orlando Zaccone de Río de Janeiro, la jueza Kenarik Boujikian de San Pablo llamó la atención para el rol del juez como el garante ante los atropellos policíacos.

"Nadie se conmueve cuando el cuerpo que está en el piso es de un negro", dijo Lio N´Zumbi, Integrante de ASFAP-BA cuando se trató la persecución y exterminio de los jóvenes negros en Brasil.

En los barrios pobres de Bahía las víctimas de las balas policiales son en su mayoría negros de 15 a 29 años de baja escolaridad y sin antecedentes criminales. En 2007 fueron 660 asesinados, este año el número pegó un salto para 1450 muertos, según datos de la ASFAP-BA.

"Existe una pena de muerte que no está en nuestra Constitución, pero que en la práctica es ejecutada por los agentes del Estado", exoresó Lio N´Zumbi.

La brutalidad y la sangre fría de la policía bahiana se llega a leer en algunos patrulleros que llevan estampados, clandestinamente, la consigna: "Padre hace, madre educa y la policía mata".

También fueron presentados los casos de criminalización de los movimientos sociales. Al sur del país, en el Estado de Río Grande do Sul, el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) tiene militantes presos y otros con causa en andamiento. En una de las causas judiciales se realizaron escuchas telefónicas con la clara intención en perseguir a los dirigentes del movimiento. (Ver: “Represión judicial sobre el MST”. APM 24/08/2008)

Los relatos de asesinatos, torturas y amenazas de muerte por parte de las víctimas fueron dejando en evidencia el grado de impunidad de la policía brasileña. Sin embargo ninguna se compara con la masacre ocurrida en San Pablo en 2006.

En aquel entonces la organización criminal Primer Comando de la Capital (PCC) decidió tomar por asalto la mayor ciudad de América del Sur para presionar el gobierno estatal por la transferencia de sus jefes a otras cárceles fuera de su control. Los 11 millones de habitantes se vieron prohibidos de salir a las calles dominadas por el PCC. Hubo un toque de queda que duró 24 horas.

Según la Secretaria de Seguridad Pública de San Pablo los criminales fueron responsables por la muerte de 47 personas. Sin embargo, entre los días 12 y 20 de mayo (un día después del estado de sitio) fueron asesinadas 493 personas en un operativo denominado por las fuerzas del orden como Contraofensiva. El hecho quedó conocido por el pueblo como la Mascare de Mayo.

El Informe Derechos Humanos en Brasil 2008, realizado por la Red Social de Justicia y Derechos Humanos, marca una realidad preocupante. Cerca de 50 mil personas son asesinadas cada año en Brasil, un índice que está entre las más altas del mundo.

En 2004 existián 26,9 muertes por cada 100 mil habitantes, un aumento considerable en comparación con los 11,7 muertos en 1980. Países de Europa Occidental conviven con tasas inferiores a 3 muertes a cada 100 mil y Estados Unidos (considerado un de los más violentos entre los desarrollados), presenta alrededor de 5 a 6 muertes a cada 100 mil habitantes.

El Tribunal Popular dio la voz a los olvidados de una sociedad que sufren la represión de un estado forjado desde sus inicios en la desigualdad racial y social. A pesar de la brutalidad en aumento, son cada vez más los brasileños que se organizan para denunciar y luchar contra las injusticias que las clases dominantes tratan aparentar como “normales”.

quarta-feira, 3 de dezembro de 2008

Conversaciones con Chávez y Castro

Sean Penn
The Nation

Traducido para Rebelión por Germán Leyens y Manuel Talens


Joe Biden, quien pronto iba a ser el vicepresidente electo de mi país, alentaba a las tropas: “No podemos seguir dependiendo de Arabia Saudí o de un dictador venezolano para la energía”. Bueno, yo sé muy bien lo que es Arabia Saudí. Pero como en 2006 estuve en Venezuela visitando ranchitos, mezclándome con la acaudalada oposición y pasando días y horas entre los seguidores del presidente, me pregunté –sin preguntármelo– a quién se estaría refiriendo el senador Biden.

Hugo Chávez Frías es el presidente democráticamente elegido de Venezuela, y cuando digo democráticamente quiero decir que se ha presentado una y otra vez ante los votantes en elecciones avaladas por observadores internacionales y ha logrado grandes mayorías en un sistema que, a pesar de sus defectos e irregularidades, ha dado a sus oponentes la oportunidad de que lo derroten y ocupen su cargo, tanto en un referéndum nacional el año pasado como en las recientes elecciones regionales de noviembre.

En cambio las palabras de Biden representaban la clase de retórica que nos metió hace muy poco en una costosa guerra en la que se pierden vidas y dinero, en una guerra que si bien derrocó a un pendejo en Iraq, también ha derrocado los principios más dinámicos sobre los cuales se fundó Estados Unidos, ha reforzado el reclutamiento de Al Qaeda y ha conducido a la deconstrucción de las fuerzas armadas estadounidenses.

A estas alturas, el pasado mes de octubre de 2008 ya había digerido mis anteriores visitas a Venezuela y Cuba y el tiempo que pasé con Chávez y Fidel Castro. Soy cada vez más intolerante con la propaganda. Incluso si el propio Chávez tiene tendencia a la retórica, nunca ha sido el causante de una guerra. Así que decidí hacerle otra visita con la esperanza de desmitificar a ese “dictador”. Para entonces ya había llegado a comentar con mis amigos en privado: “Es verdad, puede que Chávez no sea un hombre bueno, pero también es posible que sea un gran hombre”.

Entre las personas a quienes dije esto se encontraban el historiador Douglas Brinkley y Christopher Hitchens, el columnista de Vanity Fair. Los dos eran complementos perfectos. Brinkley es un pensador muy estable, cuyo código ético de historiador garantiza su adhesión a pruebas insuperablemente razonadas. Hitchens, un astuto artesano de la palabra siempre demasiado imprevisible en sus preferencias, es un valor seguro desde cualquier punto de vista, que una vez en una tertulia televisiva calificó a Chávez de “payaso rico en petróleo”. Aunque Hitchens es igual de íntegro que brillante, puede ser combativo hasta la intimidación, como lo demostró una vez con sus duros comentarios sobre Cindy Sheehan, la santa activista contra la guerra. Brinkley e Hitchens equilibrarían cualquier sesgo que percibieran en mi escritura, además de ser un par de tipos con quienes me lo paso muy bien y a quienes quiero mucho.

De modo que llamé a Fernando Sulichin, un viejo amigo y productor de cine independiente de Argentina con buenas conexiones y le pedí que los hiciera investigar y obtuviese el visto bueno para entrevistar a Chávez. Además, queríamos volar desde Venezuela a La Habana, así que le pedí a Fernando que solicitara entrevistas por cuenta nuestra con los hermanos Castro, la más urgente con Raúl, quien en febrero había tomado las riendas del poder de manos de un Fidel enfermo y nunca había otorgado una entrevista a un extranjero. Yo había viajado a Cuba en 2005, cuando tuve la fortuna de encontrarme con Fidel, y estaba ansioso por hacerle una entrevista al nuevo presidente. El teléfono sonó a las 2 de la tarde del día siguiente.

–Mi hermano –dijo Fernando–, lo logré.

Nuestro vuelo de Houston a Caracas se retrasó por problemas mecánicos. Era la 1 de la madrugada, y mientras esperábamos, Hitchens daba vueltas impaciente de un lado para otro.

–Los problemas casi nunca vienen solos –dijo.

Debió gustarle cómo sonó, porque volvió a decirlo. Era el pesimista de Dios. Le dije:

–Hitch, va a salir bien. Nos van a conseguir otro avión y llegaremos a tiempo.

Pero el pesimista de Dios es en realidad el pesimista ateo de Dios. Y yo no tardaría en ser testigo de la claridad de su ateísmo. De hecho, hubo otro problema. Bueno, salió bien y mal, como se verá. Despegamos dos horas después.

Cuando aterrizamos en el aeropuerto de Caracas, Fernando estaba allí para recibirnos. Nos condujo a una terminal privada, donde esperamos la llegada del presidente Chávez, quien nos llevó con él de gira electoral a la maravillosa Isla Margarita en plena campaña para las elecciones a gobernador.

Pasamos los dos días siguientes en la constante compañía de Chávez, con muchas horas de reuniones a solas entre los cuatro. En las dependencias privadas del avión presidencial descubrí que cuando Chávez habla de béisbol su dominio del inglés sube de grado. Cuando Douglas le pregunta si habría que abolir la Doctrina Monroe, Chávez –que quiere escoger cuidadosamente sus palabras– regresa al español para explicar los matices de su posición contra dicha doctrina, que ha justificado la intervención estadounidense en Latinoamérica durante casi dos siglos.

Hugo Chávez y Sean Penn–Hay que romper la Doctrina Monroe –dice–. Hemos tenido que aguantarla durante más de doscientos años. Siempre vuelve al viejo enfrentamiento de Monroe con Bolívar. Jefferson solía decir que Estados Unidos debería tragarse una tras otra las repúblicas del sur. El país en el que nacisteis se basó en una actitud imperialista.

Los servicios venezolanos de inteligencia le dicen que el Pentágono tiene planes para invadir su país.

–Sé que están pensando en invadir Venezuela –dice. Parece que ve el fin de la Doctrina Monroe como una medida de su destino–. Nadie podrá volver aquí para exportar nuestros recursos naturales.

¿Le preocupa la reacción de Estados Unidos a sus atrevidas declaraciones sobre la Doctrina Monroe? Cita a José Gervasio Artigas, el luchador uruguayo por la libertad:

–Con la verdad no ofendo ni temo.

Hitchens está sentado en silencio, tomando notas durante toda la conversación. Chávez reconoce un brillo escéptico en sus ojos.

–CRÍS-a-fer, hazme una pregunta. Hazme la pregunta más difícil.

Ambos comparten una sonrisa. Hitchens le pregunta:

–¿Cuál es la diferencia entre usted y Fidel?”

Chávez dice:

–Fidel es comunista, yo no. Yo soy socialdemócrata. Fidel es marxista-leninista. Yo no. Fidel es ateo. Yo no. Un día discutimos sobre Dios y Cristo. Le dije a Castro: “Yo soy cristiano. Creo en los Evangelios Sociales de Cristo". Él no. Simplemente no cree. Más de una vez Castro me ha dicho que Venezuela no es Cuba, que no estamos en los años sesenta.

–Ya ve –dice Chávez–. Venezuela tiene que tener un socialismo democrático. Castro ha sido un profesor para mí. Un maestro. No en ideología, sino en estrategia.

Tal vez irónicamente, John F. Kennedy es el presidente de Estados Unidos favorito de Chávez.

–Yo era un muchacho –dice-. Kennedy era la fuerza impulsora de la reforma en Estados Unidos.

Sorprendido por la afinidad de Chávez por Kennedy, Hitch se suma a la conversación y menciona el plan económico de Kennedy para Latinoamérica, contrario a Cuba.

–¿Fue algo bueno la Alianza para el Progreso?

–Sí –dice Chávez–. La Alianza para el Progreso fue una propuesta política para mejorar las condiciones. Apuntaba a reducir la diferencia social entre culturas.

La conversación entre los cuatro continuó en autobuses, en mítines y en inauguraciones en toda Isla Margarita. Chávez es incansable. Se dirige a cada nuevo grupo durante horas bajo un sol ardiente. Duerme como máximo cuatro horas por la noche y pasa la primera hora de la mañana leyendo noticias del mundo. Y una vez que está en pie, es incontenible a pesar del calor, de la humedad y de las dos capas de camisetas rojas revolucionarias que lleva puestas.

Tres eran mis motivaciones primordiales para este viaje: incluir las voces de Brinkley e Hitchens, profundizar mi conocimiento de Chávez y de Venezuela y ejercitar mi mano de escritor, así como recabar la ayuda de Chávez para que convenciese a los hermanos Castro de que nos recibieran a los tres en La Habana. Aunque Fernando me había dicho que la tercera parte del puzzle estaba aprobada y confirmada, en algún lugar de nuestros intercambios culturales, lingüísticos y telefónicos había habido un malentendido. Mientras tanto, CBS News estaba esperando un informe de Brinkley, Vanity Fair uno de Hitchens y yo escribía por cuenta de The Nation.

Al cabo de tres días en Venezuela le dimos las gracias al presidente Chávez por el tiempo que nos había dedicado, los cuatro allí parados entre el personal de seguridad y la prensa en el Aeropuerto Santiago Marino de Isla Margarita. Brinkley tenía una última pregunta que hacerle, y yo también.

–Señor presidente –le dijo-, si Barack Obama sale elegido presidente de Estados Unidos, ¿aceptaría usted una invitación para volar a Washington y reunirse con él?

Chávez dijo sin dudarlo:

–Sí.

Cuando me tocó a mí, le dije:

–Señor presidente, para nosotros es importante que nos reciban los Castro. Es imposible contar la historia de Venezuela sin incluir a Cuba y es imposible contar la historia de Cuba sin los Castro.

Chávez nos prometió que llamaría al presidente Raúl Castro en cuanto estuviera en su avión y que se lo pediría en nuestro nombre, pero nos advirtió que era poco probable que Fidel, el hermano mayor, pudiera responder tan rápido, ya que ahora está escribiendo y reflexionando mucho, no viendo a mucha gente. Tampoco podía hacer promesa alguna con respecto a Raúl. Chávez subió a su avión y vimos cómo partía.

A la mañana siguiente volamos a La Habana. Lo diré todo: el Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo de Venezuela nos prestó un avión. Si alguien quiere referirse a eso como un soborno, que haga lo que quiera. Pero cuando lea el próximo informe de un periodista que viaja en el Air Force One o que sube a bordo de un avión de transporte militar de Estados Unidos, que por favor repudie también ese artículo. Apreciamos el lujo de aquel viaje, pero eso no ha influenciado el contenido de nuestros reportajes.


“Son muy pocas las veces que los problemas vienen solos”

Yo estaba arriesgando mucho. El hecho de subir al avión hacia La Habana sin tener garantía alguna de que iba a ver a Raúl Castro me llenaba de ansiedad. Christopher había cancelado a última hora varios compromisos de conferencias importantes para hacer el viaje. No acostumbra a dejar colgada a la gente. De modo que, para él, era lo tomas o lo dejas y se estaba poniendo nervioso. Douglas, profesor de Historia en la Universidad Rice, tenía que volver de forma inminente a sus obligaciones académicas. Fernando sentía el peso de que esperásemos de él que fuera nuestro ariete. Y yo, bueno, contaba con la llamada de Chávez a Castro, tanto para obtener la entrevista como para salvar mi culo ante mis compañeros.

Aterrizamos en La Habana cerca del mediodía y en la pista de aterrizaje nos recibieron Omar González Jiménez, presidente del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), y Luis Alberto Notario, jefe del ala de coproducción internacional del Instituto. Había estado con ambos durante mi anterior viaje a Cuba. Comenzamos a hablar de cosas personales de camino a la oficina de aduana, hasta que Hitch se adelantó y, sin vergüenza alguna, le exigió a Omar:

–Señor, ¡tenemos que ver al presidente!

–Sí –respondió Omar–. Estamos informados de su solicitud y hemos informado al presidente. Estamos todavía esperando su respuesta.

Durante el resto de ese día y hasta la tarde siguiente torturamos a nuestros anfitriones con un incesante son de tambor: Raúl, Raúl, Raúl. Supuse que si Fidel estaba en condiciones y podía encontrar el tiempo necesario, llamaría. Y si no, yo seguiría agradecido por nuestro encuentro anterior y se lo dije en una nota que le envié a través de Omar. De Raúl sólo sabía por lo que había leído y no tenía la menor idea de si nos vería o no.

Los cubanos son gente particularmente calurosa y hospitalaria. Mientras nuestros anfitriones nos llevaban por la ciudad, me di cuenta de que la cantidad de coches estadounidenses de los años cincuenta había disminuido incluso en los pocos años que habían pasado desde mi último viaje, para ser reemplazados por coches rusos más pequeños. Al pasar rápidamente por el Malecón ante la Sección de Intereses de Estados Unidos –de agresivo aspecto– donde las olas que se rompen contra la orilla salpican a los coches de pasada, noté algo casi indescriptible de la atmósfera en Cuba: la presencia palpable de una historia arquitectónica y humana en un pequeño trozo de tierra rodeado de agua. Incluso el visitante siente el espíritu de una cultura que proclama de diversas maneras, “Éste es nuestro sitio especial”.

Serpenteamos a través de La Habana Vieja, y en una exposición revestida de vidrio que hay frente al Museo de la Revolución vimos el Granma, el barco que transportó a los revolucionarios cubanos desde México en 1956. Continuamos hacia el Palacio de Bellas Artes, con su colección de muestras apasionadas y políticas, que es un corte transversal de la profunda reserva de talento de Cuba. Luego visitamos el Instituto Superior de Artes y después fuimos a cenar con el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, y Roberto Fabelo, un pintor al que invitaron al saber que yo había expresado aquella tarde mi aprecio por su obra durante la visita al museo. A medianoche aún no había noticias de Raúl Castro. Después, nos llevaron a la casa del protocolo, donde descansamos hasta el alba.

A mediodía del día siguiente, el reloj sonaba con machaconería en nuestros oídos. Nos quedaban dieciséis horas en La Habana antes de que tuviéramos que ir al aeropuerto para tomar nuestros vuelos de regreso. Estábamos sentados alrededor de una mesa en La Castellana, un lujoso bodegón de La Habana Vieja, con un gran grupo de artistas y músicos que, dirigidos por el reputado pintor cubano Kcho, habían establecido la Brigada Marta Machado, una organización de voluntarios que ayuda a las víctimas de los huracanes Ike y Gustav en la Isla de la Juventud. La brigada tiene pleno apoyo de dinero, aviones y personal del gobierno, algo que habría sido la envidia de nuestros voluntarios en la Costa del Golfo después del huracán Katrina. También se juntó con nosotros para el almuerzo Antonio Castro Soto del Valle, un apuesto joven de carácter modesto, de 39 años, que es hijo de Fidel. Antonio, que estudió Medicina, es el médico del equipo nacional de béisbol de Cuba. Tuve una breve pero agradable charla con él y volví a repetirle nuestro deseo de ver a Raúl.

El reloj ya no sonaba, aporreaba. Omar me dijo que dentro de muy poco conoceríamos la decisión del presidente. Con los dedos cruzados, Douglas, Hitch, Fernando y yo volvimos a la casa del protocolo para hacer nuestras maletas de antemano. A las 6 de la tarde nos quedaban diez horas. Yo estaba sentado abajo, en la sala de estar, leyendo bajo la brumosa luz del ocaso vespertino. Hitch y Douglas estaban arriba en sus habitaciones, supongo que durmiendo la siesta para vencer la ansiedad. Y en el sofá, a mi lado, Fernando roncaba.

Entonces apareció Luis ante nuestra puerta de entrada, que estaba abierta. Lo miré por encima de mis gafas mientras me hacía un gesto muy directo. Sin palabras, señalé con el dedo hacia la parte de arriba de las escaleras, donde estaban acostados mis compañeros. Pero Luis meneó la cabeza como si se estuviese disculpando.

–Sólo usted –dijo.

El presidente había tomado su decisión.

Pude escuchar en mis oídos el eco de las dudas de Hitch, “son muy pocas las veces que los problemas vienen solos”. ¿Se refería a mí? Et me, Bruto? En cualquier caso, me eché la mano al bolsillo trasero para asegurarme de que tenía mi libreta de notas venezolanas, busqué mi pluma, agarré mis gafas y salí con Luis. Justo antes de cerrar la portezuela del coche que nos estaba esperando, escuché la voz de Fernando que me llamaba:

–¡Sean!

El coche arrancó.


Voy a ver al mago

En Estados Unidos el presidente cubano Raúl Castro, antiguo ministro de Defensa de la isla, está considerado como un “frío militarista” y un “títere” de Fidel. Pero el joven revolucionario con coleta de la Sierra Maestra está demostrando que las serpientes se equivocan. Por cierto, el “raulismo” está creciendo junto con un reciente auge económico industrial y agrícola. El legado de Fidel, como el de Chávez, dependerá de la sostenibilidad de una revolución flexible, que pueda sobrevivir a la partida de su líder por muerte o renuncia. Fidel ha sido subestimado una vez más por el Norte. Al elegir a su hermano Raúl ha puesto las decisiones políticas diarias de su país en una manos formidables. En un informe del Consejo de Asuntos Hemisféricos, el portavoz del Departamento de Estado, John Casey, reconoció que el raulismo podría llevar a una “mayor apertura y libertad para el pueblo cubano”.

Muy pronto me veo sentado a una pequeña mesa lustrada en un despacho del gobierno, con el presidente Castro y un traductor.

–Fidel me llamó hace un momento -me dice–. Quiere que lo llame después de que hayamos hablado.

Hay un humor en la voz de Raúl que recuerda una vida de afectuosa tolerancia por el ojo vigilante de su gran hermano.

–Quiere saber todo sobre lo que hablamos –dice con risita de sabio–. Nunca me gustó la idea de conceder entrevistas –añade–. Uno dice muchas cosas, pero cuando se publican aparecen recortadas, condensadas. Las ideas pierden su significado. Me han dicho que sus películas son largas. Quién sabe si su periodismo será largo también.

Le prometo que escribiré lo más rápido posible y que imprimiré todo lo que escriba. Me dice que ha prometido informalmente a otros su primera entrevista como presidente y, como no quiere multiplicar lo que podría ser interpretado como un insulto, me ha escogido a mí solo, sin mis compañeros.

Castro y yo compartimos sendas tazas de té.

–Hoy hace cuarenta y seis años, exactamente a esta hora, movilizamos las tropas. Almeida en el Oeste, Fidel en La Habana, yo en Oriente. A mediodía habían anunciado que en Washington el presidente Kennedy iba a pronunciar un discurso. Fue durante la crisis de los misiles. Preveíamos que el discurso sería una declaración de guerra. Después de su humillación en Bahía de Cochinos, la presión de los misiles [que según afirma Castro eran estrictamente defensivos] representaría una gran derrota para Kennedy. Kennedy no toleraría esa derrota. Hoy estudiamos con mucho cuidado a los candidatos en Estados Unidos, estamos centrados en McCain y Obama. Miramos con lupa todos sus viejos discursos. En particular los pronunciados en Florida, donde oponerse a Cuba se ha convertido en un negocio rentable para muchos. En Cuba tenemos sólo un partido, pero en Estados Unidos hay muy poca diferencia. Ambos partidos son una expresión de la clase gobernante.

Dice que los miembros actuales del lobby cubano de Miami son descendientes de la riqueza de la era de Batista o terratenientes internacionales “que sólo pagaron centavos por su tierra” mientras Cuba vivía bajo el dominio absoluto de Estados Unidos durante sesenta años.

–La reforma agraria de 1959 fue el Rubicón de nuestra Revolución. Una sentencia de muerte para nuestras relaciones con Estados Unidos.

Castro parece estudiarme mientras toma otro sorbo de té.

–En aquel momento no se discutía de socialismo ni de ningún trato de Cuba con Rusia. Pero la suerte estaba echada.

Después de que el gobierno de Eisenhower atentó contra dos barcos con un cargamento de armas que iban a Cuba, Fidel extendió su mano a antiguos aliados. Dice Raúl:

–Se las pedimos a Italia. ¡No! Se las pedimos a Checoslovaquia. ¡No! Nadie nos daba armas para defendernos, porque Eisenhower los había presionado. Así que cuando Rusia nos las dio no tuvimos tiempo para aprender a utilizarlas antes de que Estados Unidos nos atacase en Bahía de Cochinos.

Se ríe y se dirige a un servicio adyacente, desapareciendo un momento tras una pared, tras lo cual vuelve de inmediato a la sala, y bromea:

–A los 77 años es culpa del té.

Bromas aparte, Castro se mueve con la agilidad de un hombre joven. Hace ejercicio a diario, sus ojos brillan al mirar y su voz es potente. Reanuda la conversación donde la dejó.

–Sabes, Sean, hay una famosa fotografía de Fidel de cuando la invasión de Bahía de Cochinos. Él está parado frente a un tanque ruso. Todavía no sabíamos ni siquiera cómo dar marcha atrás con aquellos tanques –se ríe–. ¡La retirada no está entre nuestras opciones!

Raúl Castro se muestra cálido, abierto, lleno de energía y hace alarde de una aguda inteligencia.

Retomo el asunto de las elecciones estadounidenses y le repito la pregunta que Brinkley le hizo a Chávez:

–¿Aceptaría Castro una invitación a Washington para reunirse con el presidente Obama, suponiendo que gane, sólo pocas semanas después?

Raúl Castro reflexiona:

–Es una pregunta interesante –dice, y se sume en un largo, incómodo silencio, hasta que termina por añadir–: Estados Unidos tiene el proceso electoral más complicado del mundo. Hay ladrones electorales con mucha experiencia en el lobby cubano-americano de Florida…

Lo interrumpo:

–Creo que ese lobby se está deshaciendo -y con la seguridad de un optimista a toda prueba, añado–: Obama va a ser nuestro próximo presidente.

Castro sonríe, al parecer a causa de mi candidez, pero su sonrisa desaparece mientras dice:

–Si no lo matan antes del 4 de noviembre será su próximo presidente.

Le señalo que todavía no ha respondido a mi pregunta sobre el encuentro en Washington.

–Sabes –dice–, he leído las declaraciones que ha hecho Obama sobre que mantendrá el bloqueo.

Hago un breve comentario:

–Utilizó la palabra embargo.

–Sí –dice Castro–, el bloqueo es un acto de guerra, así que los estadounidenses prefieren hablar de embargo, una palabra que se utiliza en documentos legales… Pero, en cualquier caso, sabemos que se trata de lenguaje preelectoral y que también ha dicho que está dispuesto a discutir con cualquiera.

Raúl interrumpe su propio discurso:

–Probablemente estés pensando, vaya, el hermano habla tanto como Fidel –nos reímos los dos–. No suele ser así, pero ya sabes, Fidel… una vez había una delegación aquí, en esta sala, de China. Varios diplomáticos y un joven traductor. Creo que era la primera vez que el traductor estaba con un jefe de Estado. Habían tenido un vuelo muy largo y estaban bajo los efectos del desfase horario. Fidel, por supuesto, lo sabía, pero siguió hablando durante horas. Pronto, a uno que estaba al final de la mesa, justo ahí [señala una silla cercana] se le empezaron a cerrar los ojos. Luego a otro, y a otro. Pero Fidel seguía hablando. No pasó mucho tiempo hasta que todos, incluido el de más rango, al que Fidel le había estado dirigiendo directamente la palabra, estaban roncando. Así que Fidel volvió los ojos hacia el que estaba despierto, el joven traductor, y siguió conversando con él hasta el amanecer.

A aquellas alturas de la historia, tanto Raúl como yo nos desternillábamos de risa. Yo sólo me había reunido una vez con Fidel, cuya mente asombrosa y cuya pasión eran un manantial de palabras. Pero me bastó como muestra. El único que no se reía cuando Raúl Castro retomó el hilo fue nuestro traductor.

–En mi primera declaración después de que Fidel cayera enfermo dije que estamos dispuestos a discutir sobre nuestras relaciones con Estados Unidos de igual a igual. Más tarde, en 2006, lo dije de nuevo en un discurso en la Plaza de la Revolución. Los medios estadounidenses se burlaron diciendo que yo estaba aplicando cosmética a la dictadura.

Le ofrezco otra oportunidad de hablar al pueblo estadounidense. Responde:

–Los estadounidenses son nuestros vecinos más inmediatos. Deberíamos respetarnos. Nosotros no hemos tenido nunca nada contra el pueblo estadounidense. Unas buenas relaciones serían mutuamente ventajosas. Quizá no podamos resolver todos nuestros problemas, pero podremos resolver muchos de ellos.

Hace una pausa y medita lentamente un pensamiento.

–Voy a decirte algo que no he dicho nunca antes en público. En algún momento alguien del Departamento de Estado lo filtró, pero lo silenciaron de inmediato por miedo al electorado de Florida, aunque ahora, cuando se lo diga, el Pentágono pensará que soy indiscreto.

Contengo la respiración mientras espero sus palabras.

–Desde 1994 hemos estado en contacto permanente con los militares estadounidenses, por acuerdo mutuo secreto –me dice Castro–. Se basó en la premisa de que discutiríamos asuntos únicamente relacionados con Guantánamo. El 17 de febrero de 1993, tras una petición de Estados Unidos de que discutiésemos asuntos relacionados con localizadores de boyas para la navegación de barcos en la bahía, fue el primer contacto en la historia de la Revolución. Entre el 4 de marzo y el 1 de julio tuvo lugar la crisis de los balseros. Se estableció una línea directa entre nuestros dos ejércitos y el 9 de mayo de 1995 nos pusimos de acuerdo para celebrar reuniones mensuales con altos cargos de ambos gobiernos. Hasta la fecha, ha habido 157 reuniones y todas ellas están grabadas. Las reuniones tienen lugar el tercer viernes de cada mes. Alternamos las localizaciones entre la base estadounidense en Guantánamo y el territorio cubano. Hemos realizado maniobras conjuntas de respuesta a emergencias. Por ejemplo, prendemos un fuego y los helicópteros estadounidenses traen agua de la bahía, de concertación con helicópteros cubanos. [Antes de esto] la base estadounidense en Guantánamo sólo había creado caos. Habíamos perdido guardias fronterizos y tenemos pruebas gráficas de ello. Estados Unidos había alimentado la emigración ilegal, llena de peligros, y sus guardacostas interceptaban a los cubanos que trataban de abandonar la isla. Los traerían a Guantánamo e iniciamos una mínima cooperación. Pero nosotros dejaríamos de guardar nuestra costa. Si alguien quería irse, les dijimos, que se fuera. Y así, con los asuntos de navegación empezamos a colaborar. Ahora, en las reuniones de los viernes siempre hay un representante del Departamento de Estado. –No da ningún nombre. Continúa–: El Departamento de Estado tiene tendencia a ser menos razonable que el Pentágono. Pero ninguno levanta la voz porque… yo no participo. Porque yo hablo fuerte. Es el único lugar en el mundo donde esos dos militares se reúnen en paz.

–¿Y qué pasa con Guantánamo? –le pregunto.

–Te diré la verdad –dice Castro–. La base es nuestro rehén. Como presidente digo que Estados Unidos debe irse. Como militar digo que los dejemos quedarse.

En mi interior empiezo a preguntarme si está a punto de revelarme una gran noticia. ¿O será de poca importancia? Nadie debería sorprenderse de que los enemigos se hablen por detrás del escenario. Lo que sí es una sorpresa es que me lo esté contando. Y, con ello, doy un rodeo y regreso al asunto de un encuentro con Obama.

–En el caso de que se celebrase una reunión entre usted y el próximo presidente, ¿cuál sería la primera prioridad de Cuba?

Sin dudarlo, responde:

–Normalizar el comercio.

La indecencia del embargo estadounidense contra Cuba nunca ha sido más evidente que ahora, en la estela de tres huracanes devastadores. Las necesidades del pueblo cubano nunca han sido más desesperadas. El embargo es sencillamente inhumano y totalmente improductivo. Raúl continúa:

–La única razón del embargo es hacernos daño. Nada puede disuadir a la Revolución. Dejemos que los cubanos vengan de visita con sus familias. Dejemos que los estadounidenses vengan a Cuba.

Parece como si estuviera diciendo, dejémoslos venir a ver esta terrible dictadura comunista de la que no cesan de escuchar en la prensa, donde incluso representantes del Departamento de Estado y destacados disidentes reconocen que en unas elecciones libres y abiertas en Cuba, el Partido Comunista que gobierna obtendría hoy el 80% de los votos. Le enumero una lista de varios conservadores estadounidenses que han criticado el embargo, desde el fallecido economista Milton Friedman a Colin Powell, pasando incluso por el senador republicano de Texas Kay Bailey Hutchison, quien dijo, “Hace tiempo que vengo pensando que deberíamos buscar una nueva estrategia para Cuba. Y ésta consiste en establecer más comercio, sobre todo comercio de productos alimentarios, especialmente si podemos ofrecer al pueblo más contacto con el mundo exterior. Y si podemos remontar la economía eso podría servir para que la gente fuera más capaz de luchar contra la dictadura.”

Ignorando el desaire, Castro replica con descaro:

–Aceptamos el reto.

A estas alturas ya hemos pasado del té al vino tinto y a la cena.

–Déjame decirte algo –dice–. Hemos hecho nuevas prospecciones, según las cuales hay grandes posibilidades de reservas de petróleo en nuestro litoral, que las compañías estadounidenses podrían venir a perforar. Podemos negociar. Estados Unidos está protegido por las mismas leyes comerciales cubanas que protegen a cualquier otro país. Quizá pueda haber reciprocidad. Hay 110.000 km cuadrados de mar en el área dividida. Dios no sería justo si no nos concediese algún petróleo. No creo que nos prive de esa manera.

De hecho, el US Geological Survey calcula que en el área hay reservas de nueve mil millones de barriles de petróleo y 31 billones de pies cúbicos de reservas de gas natural en la cuenca marítima del norte de Cuba. Ahora que han mejorado las inestables relaciones con México de los últimos tiempos, Castro está tratando también de mejorarlas con la Unión Europea.

–Las relaciones con la EU deberían mejorar cuando se vaya Bush –dice confiado.

–¿Y con Estados Unidos? –le pregunto.

–Escucha –dice–, tenemos tanta paciencia como los chinos. El 77% de nuestra población ha nacido después del bloqueo. Soy el ministro de Defensa que más ha durado en toda la historia. Cuarenta y ocho años y medio hasta el pasado octubre. Por eso visto este uniforme y sigo trabajando en mi antiguo despacho. No hemos tocado nada en el despacho de Fidel. En las maniobras militares del Pacto de Varsovia yo era el más joven y el que más tiempo estaba en el cargo. Luego fui el más antiguo y sigo siendo el que más tiempo estuvo. Iraq es un juego de niños en comparación con lo que le pasaría a Estados Unidos si invadiese Cuba. –Tras un sorbo de vino, Castro añade–: Prevenir una guerra equivale a ganarla. Ésa es nuestra doctrina.

Una vez terminada la cena, el presidente y yo salimos por de unas puertas correderas de vidrio a una terraza que parece un invernadero con plantas tropicales y pájaros. Mientras continuamos paladeando el vino, dice:

–Hay una película americana en la que la elite está sentada en torno a una mesa y trata de decidir quién será el próximo presidente. Miran por la ventana y ven al jardinero. ¿Sabes a qué película me refiero?

–Being There – digo.

–¡Eso! –responde Castro con excitación–- Being There. Me gustó mucho. Con Estados Unidos existe cualquier posibilidad objetiva. Los chinos dicen: “En el camino más largo uno empieza con el primer paso”. El presidente de Estados Unidos debería dar ese primer paso, pero sin amenazar nuestra soberanía. Eso no es negociable. Podemos exigir sin decirle al otro lo que tiene que hacer dentro de sus fronteras.

–Señor Presidente –digo–, durante el último debate presidencial en Estados Unidos vimos cómo John McCain alentaba el acuerdo de libre comercio con Colombia, un país conocido por sus escuadrones de la muerte y sus asesinatos de líderes obreros, y esas relaciones continúan mejorando, conforme el gobierno de Bush trata de hacer avanzar ese acuerdo en el Congreso. Como bien sabe, acabo de llegar de Venezuela, país al que, al igual que a Cuba, el gobierno de Bush considera una nación enemiga, incluso si les compramos mucho petróleo. Se me ocurre que Colombia puede razonablemente convertirse en nuestro aliado geográficamente estratégico en Sudamérica, de la misma manera que Israel lo es en el Oriente Próximo. ¿Tiene algún comentario que hacer?

Medita cuidadosamente la pregunta y me responde en un tono lento y calculado:

–En estos momentos –dice– tenemos buenas relaciones con Colombia. Pero debo decir que si hay un país en Sudamérica con un entorno vulnerable a eso… es Colombia.

Teniendo en mente las sospechas de Chávez sobre las intenciones estadounidenses de intervenir en Venezuela, respiro hondo.

Se está haciendo tarde, pero no quería irme sin preguntarle a Castro sobre las alegaciones de violaciones de derechos humanos y el narcotráfico, supuestamente facilitado por el gobierno cubano. Un informe de 2007 de Human Rights Watch señala que Cuba "sigue siendo el único país en Latinoamérica que reprime casi cualquier forma de disidencia política”. Además, hay unos 200 prisioneros políticos en Cuba hoy en día, aproximadamente el 4% de los cuales están condenados por crímenes de disidencia no violenta. Mientras espero los comentarios de Castro, no puedo evitar pensar en la cercana prisión estadounidense de Guantánamo y en los horrendos crímenes que Estados Unidos comete contra los derechos humanos.

–Ningún país está libre de abusos contra los derechos humanos al cien por cien –me dice Castro. Pero insiste–: Los informes de los medios estadounidenses son muy exagerados e hipócritas.

De hecho, incluso destacados disidentes cubanos, como Eloy Gutiérrez Menoyo, reconocen estas manipulaciones y acusan a la Oficina de Intereses de Estados Unidos de obtener testimonios disidentes por medio de pagos en metálico. Irónicamente, en 1992 y 1994 Human Rights Watch también describió desórdenes e intimidaciones por parte de grupos anticastristas en Miami, descritas por el escritor y periodista Reese Erlich como “violaciones normalmente asociadas con dictaduras latinoamericanas”.

Dicho lo cual, soy un estadounidense orgulloso y sé positivamente que si fuese ciudadano de Cuba y tuviese que escribir un artículo como ése sobre los dirigentes cubanos podrían encarcelarme. Más aún, estoy orgulloso de que el sistema establecido por nuestros padres fundadores, aunque hoy en día no sea exactamente el mismo, nunca haya dependiódo de sólo un gran líder por época. Estas cosas siguen estando en entredicho con respecto a los héroes románticos de Cuba y Venezuela. Pienso en mencionarlo, y quizá debiera hacerlo, pero tengo algo distinto en mente:

–¿Podemos hablar sobre drogas? –le pregunto a Castro. Me responde:

–Estados Unidos es el mayor consumidor de narcóticos en el mundo. Cuba está situada directamente entre Estados Unidos y sus proveedores. Para nosotros es un gran problema… Con la expansión del turismo se ha desarrollado un nuevo mercado y nosotros nos enfrentamos a él. Se dice también que permitimos que los narcotraficantes atraviesen el espacio aéreo cubano. No permitimos algo así. Estoy seguro de que algunos de esos aviones se nos cuelan. Si ya no tenemos un radar de baja altitud en funcionamiento se debe simplemente a las restricciones económicas.

Aunque parezca un cuento chino no es así. Según el coronel Lawrence Wilkerson, un antiguo consejero de Colin Powell, Wilkerton le dijo a Reese Erlich en una entrevista del pasado enero que “los cubanos son nuestros mejores aliados en la guerra contra las drogas y contra el terrorismo en el Caribe. Incluso mejores que México. Los militares consideran que Cuba es un aliado muy cooperativo.”

Quiero hacerle a Castro por última vez la pregunta que no me ha respondido, pues nuestro mutuo lenguaje corporal nos indica que ya pasó la medianoche. Es la 1 de la madrugada, pero él se lanza:

–Bueno –dice–, me preguntaste que si yo aceptaría un encuentro con Obama en Washington. Tendría que pensarlo. Lo discutiría con mis camaradas de la dirigencia. Personalmente creo que no sería justo que yo fuese el primero en visitar, porque siempre son los presidentes latinoamericanos quienes van primero a Estados Unidos. Pero tampoco sería justo esperar que el presidente de Estados Unidos venga a Cuba. Deberíamos encontrarnos en un lugar neutral.

Hace una pausa y deposita su copa de vino vacía.

–Quizá podríamos encontrarnos en Guantánamo. Tenemos que encontrarnos y empezar a resolver nuestros problemas y, al final del encuentro, podríamos darle un regalo al presidente… podríamos enviarlo de vuelta con la bandera estadounidense que ondea en la Bahía de Guantánamo.

Cuando salimos de su despacho seguidos por el personal, el presidente Castro me acompaña en el ascensor hasta el vestíbulo y viene conmigo hasta el coche que me espera. Le doy las gracias por la generosidad de su tiempo. Cuando el chófer arranca el motor, el presidente da unos golpecitos en la ventanilla de mi lado. Bajo el cristal mientras que él mira su reloj y se da cuenta de que han pasado siete horas desde que iniciamos la entrevista. Sonriendo, dice:

–Ahora voy a llamar a Fidel. Te lo prometo. Cuando Fidel se entere de que he hablado contigo durante siete horas se asegurará de concederte siete horas y media cuando regreses a Cuba.

Reímos al unísono y nos damos un último apretón de manos.

Ha llovido antes por la noche. En esta oscuridad de las primeras horas, mientras los neumáticos pulverizan agua sobre la húmeda calzada de una apacible mañana habanera, me doy cuenta de que las cuestiones más básicas de la soberanía permiten comprender muy bien las complejidades del antagonismo estadounidense contra Cuba y Venezuela, así como las políticas de ambos países. Nunca han tenido más que dos opciones: o ser imperfectamente nuestros o imperfectamente suyos.



¡Viva Cuba, viva Venezuela, viva USA!

Cuando regresé a la casa del protocolo eran cerca de las dos de la mañana. Mi viejo amigo Fernando, temiendo que llegase borracho, me había esperado. Mis compañeros habían pasado una mala noche. El pobre Fernando había pagado los platos rotos de su frustración. No sabían dónde estaba ni por qué me había ido sin ellos. Y los funcionarios cubanos que habían podido contactar les habían insistido en que estuviesen preparados por si acaso alguno de los hermanos Castro les ofrecía espontáneamente una entrevista. De manera que también se habían perdido al menos una noche cubana. Después de ponerme al corriente, Fernando se fue a dormir un par de horas. Yo me quedé revisando mis notas y fui el primero en sentarme a la mesa para el desayuno, a las 4:45. Cuando Douglas e Hitch bajaban por las escaleras, me cubrí la cabeza con el borde del mantel fingiendo vergüenza. Supongo que en aquellas circunstancias era un poco temprano (y no sólo por la hora) para poner a prueba su humor. La broma no funcionó. Mientras que Fernando volaba hacia a Buenos Aires, nosotros desayunamos tranquilamente y luego volamos de vuelta al hogar, dulce hogar.

Cuando llegué a Houston me di cuenta de que había sobrestimado la insensibilidad de aquellos dos profesionales con experiencia. Cualquier hielo previo se había fundido. Nos dijimos adiós, celebrando aquellos días emocionantes. Ninguno de ellos había sido lo bastante malicioso como para preguntarme por el contenido de mi entrevista, pero cuando se disponía a conectar con el vuelo que lo llevaría hacia el Este, Christopher me dijo al despedirse, “Bueno... supongo que la leeremos”.



¡Sí, se puede!

Estaba sentado en el borde de la cama con mi mujer, mi hijo y mi hija. Se me saltaron las lágrimas mientras Barack Obama hablaba por primera vez como presidente electo de Estados Unidos. Cerré los ojos y empecé a ver una película en mi mente. También podía oír la música, que muy apropiadamente era de las Dixie Chicks cantando una canción de Fleetwood Mac sobre imágenes montadas a cámara lenta. Allí estaban Bush, Hannity, Cheney, McCain, Limbaugh y Robertson. Los vi a todos. Y la canción fue en aumento conforme la imagen de Sarah Palin acaparaba la pantalla. Natalie Maines cantaba dulcemente,

Y vi mi reflejo en las colinas cubiertas de nieve
hasta que la victoria aplastante me derrumbó
Victoria aplastante me derrumbó…



Fuente: Conversations With Chavez and Castro

Sean Penn es actor y director de cine estadounidense.

Germán Leyens y Manuel Talens son miembros de Rebelión. Talens es asimismo miembro de Cubadebate y Tlaxcala.

terça-feira, 2 de dezembro de 2008

El Mercosur y su plan contra el narcotráfico

Por Rodrigo Menitto | Desde San Pablo, Brasil 29|11|2008

Brasil y Bolivia presentan una propuesta de combate al tráfico de drogas a los miembros del bloque regional. Comienza a conformarse una estrategia alternativa al Plan Colombia diseñado por Estados Unidos.

Con la expulsión de la agencia estadounidense DEA (Administración de Drogas y Narcóticos) de Bolivia por decisión del gobierno de Evo Morales, se abre una nueva alternativa para los países de la región de manejar una nueva política contra el narcotráfico sin las injerencias de Estados Unidos. (Ver: “Una decisión con fundamento, valiente y soberana”. APM 10/11/2008)

Después de algunos intercambios entre los gobiernos de Bolivia y Brasil se realizó el primer bosquejo de un nuevo plan. El ministro de Gobierno de Bolivia, Alfredo Rada confirmó que ambos países coordinarán -a través las autoridades policiales y judiciales- investigaciones y operaciones para combatir el narcotráfico.

Como un paso hacia delante, ambos países llevaron una propuesta concreta a la reunión de ministros de Justicia del Mercado Común del Sur (Mercosur), realizada en Porto Alegre el 28 de noviembre. El objetivo: convencer a los otros países miembros sobre la aplicación del nuevo plan.

El Gobierno brasileño está tomando este asunto como alta prioridad, a través de su peso regional, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva conjuntamente con su par boliviano Evo Morales presentarán el plan en la Reunión de America Latina y Caribe, al realizarse en diciembre en la ciudad de Bahia, Brasil.

"Quedó demostrado que entre gobiernos progresistas es posible unir esfuerzos para encarar la lucha contra el narcotráfico de ambos lados de la frontera. Somos socios en esta lucha", declaró el ministro boliviano Rada.

El 13 de noviembre Rada se reunió con el ministro brasileño de justicia, Tarso Genro, ambos conformaron una comisión binacional para actualizar los acuerdos fronterizos, para dar mayor libertad de acción a policias en futuras investigaciones en conjunto.

Con la irrupción de este nuevo plan, se da una confrontación de dos modelos continentales. El Plan Colombia, financiado por Estados Unidos, donde ya se gastaron 6 mil millones de dólares y la producción de drogas aumentó entre 2000 y 2008, y donde la militarización de la región fue el resultado negativo más evidente.

Por el otro lado, se encuentra el nuevo plan boliviano-brasileño de control fronterizo y erradicación de excedentes de la hoja de la coca. A diferencia del Plan Colombia, el ministro Rada, en declaraciones para el diario La Prensa dijo que se trataría de una "erradicación sin violencia, sin masacre de campesinos, ni fumigaciones que destruyan selvas y ríos", y que tendrá una rayo de acción "regional, nacional y cooperación internacional".

El complejo circuito del crimen en la región tiene varios entramados. A la producción y venta de drogas, se suma la alta demanda de armas de fuegos y los robos de autos de lujo que sirven para financiar a los dos primeros. Estos tres elementos se materializan en ríos de dinero, que serán inyectados en el sistema financiero en diferentes países. Esta fábrica del delito cobra una fuerte factura social, donde las clases bajas pagan con la muerte y la cárcel.

Los acuerdos entre los países de la región vienen avanzando desde 1995 en el foro del Grupo Río. Allí se plasmó una cooperación entre Brasil y Argentina. Sin embargo, recién ahora -con la incorporación de Bolivia, y si el nuevo plan es apoyado por el resto de los países- existirá un contrapeso respecto a las políticas realizadas por Estados Unidos.

El país del norte siempre colocó la problemática del tráfico de drogas como una cuestión de seguridad nacional, dándole una envergadura de intervención internacional y unilateral. Por muchas décadas no tuvo en el horizonte ningún bloque que hiciera un contrapeso.

En esta dirección, a mediados de noviembre en Porto Alegre, Brasil la 30ª Reunión de Ministros de Justicia y 24ª Reunión de Ministros del Interior del Mercosur y Estados Asociados firmaron el Protocolo de Seguridad Ciudadana, en la que se incluye el trabajo conjunto de las fuerzas de seguridad en el combate contra la Trata de Personas y la lucha contra el narcotráfico, entre otros temas

El gran desafío de los países será la Triple Frontera, zona convertida progresivamente en corredor de contrabando, tráfico de drogas y otras actividades ilícitas de difícil comprobación y control. Y esto es utilizado por Washington para decir -sin ningún tipo de argumentos- que existen “redes terroristas” en esa zona.

En el marco regional, algunos operativos conjuntos comenzaron a implementarse y el solo hecho de que las respectivas policías de frontera o gendarmerías dejaran de actuar con sospechas y hostilidades recíprocas fue un primer indicador de evolución positiva.

Una de las herramientas a ser construidas por el nuevo plan será el control de las plazas de depósitos, transacciones y transferencias de dinero utilizados para lavar el dinero del tráfico de drogas.

Cabe mencionar que la problemática del narcotráfico llegó a dimensiones absurdas. Según el ministro de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, en Estados Unidos el mercado de la droga maneja cada año 131.000 millones de dólares, el doble de las exportaciones argentinas de 2007, casi igual a las exportaciones de Brasil de ese año.

Un negocio que no para de crecer y perfeccionarse día a día. Los medios corporativos sostienen que desde hace algunos años los capos de la droga colombiana buscaron en Argentina establecer negocios para lavar dinero.

Según el titular de la Asociación Antidrogas de Argentina (AARA), Claudio Izaguirre, Argentina "dejó de ser un país de tránsito del narcotráfico únicamente para ser también productor y exportador. En los últimos años, muchas de las cocinas de drogas que se encontraban en Bolivia, se mudaron a Buenos Aires y sus alrededores", advirtió en una entrevista al diario Página/12.

En ese sentido, el desafío para el Mercosur será enorme. No se puede negar la problemática, pero tampoco se puede dejar que otros actúen en cuestiones internas (léase Plan Colombia). Entonces, este nuevo plan apunta a generar políticas y acciones conjuntas en el marco regional y sin la intervención de Estados Unidos. Es otro paso más en los destellos de autonomía que viene demostrando la región en los últimos meses.

segunda-feira, 17 de novembro de 2008

¿El Estado brasileño defiende a un torturador?

Por primera vez se condenó a un militar por sus crímenes de lesa humanidad. Sin embargo el organismo jurídico encargado de representar al Estado defenderá al torturador más emblemático del Gobierno Militar.

Por Rodrigo Menitto | Desde San Pablo, Brasil
15|11|2008

Después de años de idas y vueltas la justicia brasileña dio señales de estar cambiando en algo con respecto a los crímenes cometidos por la última dictadura militar (1964-1985). El 9 de octubre el juez Gustavo Teodoro de San Pablo condenó al ex-coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra como responsable de las torturas sufridas por los miembros de la familia Teles en las dependencias del Destacamento de Operaciones de Información - Centro de Operaciones de Defensa Interna (DOI-Codi) .

El ex-coronel Ustra estuvo a cargo del DOI-Codi entre 1970 y 1974, siendo este el peor centro de torturas de la dictadura brasileña localizada en la capital paulista. Por los calabozos de este centro de detención ilegal pasaron más de dos mil presos políticos, de los cuales se constataron alrededor de 50 asesinados.

Esta condena es la primera victoria para los defensores de los Derechos Humanos desde la sanción de la Ley de Amnistía de 1979, que colocó en pie de igualdad a militares represores y militantes populares. Después de casi 30 años se logró que se considerara la tortura y las desapariciones como crímenes de lesa humanidad.

La causa fue iniciada por María Almeida Teles, Cesar Teles y Crimea Almeida secuestrados en 1972 y torturados en el DOI-Codi. También fueron apresados los dos hijos del matrimonio Teles, Janaína de cinco y Édson de cuatro años.

"Pude ver a mi madre y a mi padre en plena tortura. Sin embargo, cuando yo miraba, no podía reconocer aquel rostro verde, morado, ensangrentado por las torturas que Carlos Alberto Brilhante Ustra había infligido a mi madre. Era ella, pero no podía reconocerla", recordó Édson de Almeida .

La sentencia firmada por el juez Gustavo Teodoro fue contundente al definir el DOI-Codi como "una casa de los horrores, razón por la cual el acusado no podría ignorar lo que allí se pasaba".

Sin embargo, en la segunda causa judicial que el ex-coronel respondía por el asesinato del periodista Luiz Merlino, la defensa logró archivar la causa. Debido a la falta de ciertos documentos burocráticos que probasen la relación entre la demandante, -compañera en aquel entonces de Merlino- se dejó una brecha legal de la cual se aprovechó Ustra.

La noticia sobre la decisión de la Abogacía-General de la Unión (AGU) en asumir la defensa de los coroneles del Ejército Carlos Ustra y Audir Maciel (ya fallecido) acusados de crímenes de lesa humanidad, provocó la indignación de todos los defensores de los derechos humanos en Brasil, tanto dentro como fuera del Gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva.

Creada por la Constitución de 1988, la AGU es el organismo responsable de la representación judicial del Gobierno Federal y de asesorar en cuestiones jurídicas al Poder Ejecutivo. En pocas palabras, el Estado brasileño tomó como propio el discurso castrense por lo cual sus acciones discurrieron en función de “en su soberano ejercicio de la seguridad nacional”.

El tumulto generó amenazas de renuncias dentro del Gobierno de Lula. Por un lado, Augustino Veit, presidente de la Comisión Especial de Muertos y Desaparecidos, dependiente de la Secretaria Especial de Derechos Humano, propuso la presentación de una renuncia colectiva de todos los miembros de la comisión. Pero fue persuadido de no hacerlo para no debilitar la puja entre los ministros Tarso Genro (Justicia) y Paulo Vannuchi de Derechos Humanos.

Por su parte, Vannuchi también dejó entrever el malestar provocado por la AGU. "Si al final de una paciente, perseverante, persistente y disciplinada argumentación interna, prevalece este punto de vista, una persona como yo tiene que dejar el gobierno y volver para la sociedad civil para llevar adelante esta misma actividad", dijo el ministro.

"Es absurdo que el Estado Democrático de Derecho este mínimamente ligado a los torturadores. Ni siquiera tiene el derecho de solidarizarse con esos canallas. Ellos derribaron un gobierno electo, rompieron la Constitución y agredieron todas las leyes del país", declaró Ivan Seixas director del Forum de Ex-Presos y Perseguidos Políticos de San Pablo .

A pesar de las trabas de algunos sectores retrógrados, la lucha por la justicia continúa. Los procuradores Marlon Weichert y Eugência Fávero del Ministerio Público Federal abrieron investigaciones en las Procuradurías de los Estados de San Pablo y Río de Janeiro y en el Municipio de Uruguaiana en Río Grande do Sul.

En San Pablo se abrió el caso del secuestro y asesinato de Luiz José Cunha militante de la Acción Libertadora Nacional, que fue baleado por la espalda en la avenida Santo Amaro de la capital paulista en 1971.

En Río se investigará las desapariciones de los argentinos Horácio Domingo Campiglia y Monica Pinus de Binstock ocurridas en 1980, quienes fueron secuestrados en el aeropuerto de la ciudad carioca, donde iban a participar de una reunión para organizar la vuelta de militantes exilados a Argentina.

Denominada como Contraofensiva esta operación fue preparada por la organización revolucionaria Montoneros, a la cual pertenecían ambos militantes.

Por su parte, en el Estado sureño de Río Grande do Sul se llevará a cabo investigaciones sobre el Plan Cóndor, una coordinación de las dictaduras sudamericanas para la captura y asesinato de militantes políticos.

En ese sentido, los sectores que defienden los militares han dejado a Brasil en una situación internacional bastante complicada. El 25 de septiembre el Gobierno brasileño fue notificado oficialmente por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), sobre las posibles sanciones por violar las convenciones internacionales suscriptas por el país.

El organismo internacional estudia más de 100 casos de violaciones de los Derechos Humanos, entre estos, varios de la época de la Dictadura militar. (Ver: “Brasil no quiere mirar su pasado”. APM 15/08/2008)

Brasil sigue pasos muy tímidos, si se hace una comparación Argentina o Chile donde la sociedad no tuvo miedo de revisar su pasado y condenó con la cárcel a muchos torturadores y asesinos de los años de plomo.

segunda-feira, 3 de novembro de 2008

Dos países en un solo territorio

Por Rodrigo Menitto | Desde San Pablo, Brasil. APM

Las conclusiones de la Pesquisa Nacional por Muestra de Domicilio (PNAD) muestran mejoras en la calidad de vida. Sin embargo, las diferencias entre el Sur y Sudeste son notorias en cuanto al Noroeste.

A mediados de septiembre Brasil dio a conocer los números de la Pesquisa Nacional por Muestra de Domicilio (PNAD), que sirven de parámetro para medir la desigualdad social.

Los resultados fueron festejados por el Gobierno encabezado por el presidente, Luis Inácio Lula da Silva y por gran parte de los medios.

Algunas conclusiones sostienen que las condiciones de vida del pueblo brasileño han mejorado en los últimos diez años. Algo que -paradójicamente- llama la atención, ya que el país es conocido internacionalmente como el más injusto en la distribución de su riqueza, a pesar de estar entre las 10 naciones más ricas del mundo.

Sin embargo, y siguiendo con los resultados del informe, se puede destacar que el viejo flagelo del analfabetismo tuvo mejoras considerables teniendo en cuenta los altos índices. La tasa "que era de 17,2 por ciento en 1992, pasó para 9,9 en 2007, correspondiendo a 14 millones de personas en condición de analfabetas", señala el estudio.

Téngase en cuenta que los considerados analfabetos son aquellos que no consiguen escribir una nota (una frase corta de cinco a siete palabras). Muy lejos están de escribir una carta o llenar documentos burocráticos.

Aún así, la gran potencia sudamericana está muy lejos de sus vecinos. Según los indicadores de analfabetismo da la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO), Cuba se encuentra en primer lugar con 0,2 por ciento, seguida por Uruguay con 1,3 y Argentina con 2,4. Brasil se queda en 15º lugar en América Latina y Caribe con 10 por ciento.

El estudio apunta que la mejora del índice es el resultado de una mayor cantidad de niños en el proceso de escolarización y un aumento en los años de permanencia en las escuelas entre los chicos de 7 a 14 años.

Otro de los puntos que destaca el PNAD es la existencia de dos países fronteras adentro. Por un lado el Sur y Sudeste con su riqueza concentrada, y por el otro el Nordeste olvidado y explotado. Mientras la primera muestra una tasa de analfabetismo de 5,5 por ciento de promedio, los norteños contraponen un indignante 20 por ciento.

Estas desigualdades también se ven con el acceso de la población al servicio de cloacas, que llegó en 2007 al 51 por ciento de los domicilios brasileños. Pero en el Nordeste apenas el 9,8 por ciento tienen este beneficio. La falta del mismo facilita la expansión de innumeras enfermedades provocando -entre otras consecuencias- un alto nivel de mortalidad infantil.

Con respecto al servicio de luz eléctrica alcanzó el increíble número del 98,2 por ciento de los domicilios. Le sigue también el hecho de que el 77 por ciento de los hogares tienen algún tipo de teléfono y un 20 por ciento tienen acceso a internet. Un porcentaje, que tuvo un aumento muy fuerte en los últimos cinco años, por la expansión de la banda ancha y la venta de celulares.

El mundo laboral presenta cambios y mejoras para los trabajadores. Sin embargo, uno de los puntos es la preocupación del descenso de la población trabajadora rural que hoy se encuentra en los 17 millones. El estudio indica una migración constante para las ciudades de 1 millón de personas por año.

Por otro lado, un tibio, y lejos del ideal, pero constante incremento del trabajo en blanco llegó al 35 por ciento de los trabajadores. También es destacable que actualmente el 51 por ciento de las personas económicamente activas aporten al sistema de jubilación, "por primera vez, desde el inicio de la década de 1990, este porcentaje pasa la mitad", muestra el estudio del PNAD.

"Brasil mantiene un proceso de mejoría de las condiciones sociales y económicas”, declaró el Presidente del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística Eduardo (IBGE), Eduardo Nunes.

“Si miramos los últimos diez años, prácticamente todos los indicadores sociales del país apuntan un avance, principalmente en lo que respecta al trabajo en blanco, aumento de los niveles de los ingresos y escolaridad, mayor aporte para la jubilación", agregó Nunes.

El trabajo infantil fue otro flagelo que viene cayendo, "en 1995, esta proporción era de 18,7 por ciento y, en 2007, fue estimada en 10,8". Una disminución de 300 mil niños que hoy llegan al 4,8 millones con respecto al 2006. De este total la mayoría son chicos negros o mulatos del sexo masculino, una marca característica de la pobreza brasileña que se arrastra desde los tiempos de la esclavitud.

"Si la concentración del ingreso disminuyó, es porque la distancia entre las clases se achicó, producto del ingreso. Pero el nivel de concentración (del ingreso) todavía es muy alto", ponderó el Presidente del IBGE.

En este sentido, "en 2007, el 10 por ciento de la población ocupada de menos ingresos retienen el 1,1 por ciento del total de los ingresos del trabajo, mientras que el 10 por ciento de los mayores ingresos le corresponden el 43,2 por ciento", observa el estudio citado.

Al compararse la misma variable con años anteriores, se comprueba que los más ricos vienen manteniendo esta apropiación de la riqueza por décadas. Una demostración de que las estructuras de la distribución del ingreso permanecen inalteradas sea cual sea el Gobierno de turno.

Pero tampoco se debe olvidar que a la implementación de los programas de transferencia de ingresos, en su mayoría integrados al Programa Bolsa Familia ayudó a mejor los ingresos de los más necesitados.

Márcio Pochmann, presidente del Instituto de Pesquisa Económica Aplicada, remarcó que "en el caso de la desigualdad, nosotros tenemos una situación paradoxal, en la medida que, de un lado es reducida la desigualdad en el interior del ingreso del trabajo, entre los trabajadores, pero cuando se compara el ingreso de los trabajadores con el total del ingreso del país, con la riqueza, verificamos que se profundizó la desigualdad".

A su vez, datos levantados por el IPEA, indican que el 75 por ciento de toda la riqueza del país está concentrado en manos del 10 por ciento más ricos.

Mientras el Producto Bruto Interno (PBI) brasileño crece a un 5 por ciento al año, los trabajadores no participan de dicho crecimiento. Por ejemplo, las ganancias del sector industrial se incrementaron entre el 2001 y 2008 un 22,6 por ciento. Sin embargo, el aumento salarial fue apenas del 10,5 por ciento.

"El sector de la industria tiene un sindicato muy fuerte” y aún así “la ganancia de la productividad no está siendo repasada al sueldo, en otros sectores la diferencia es bien mayor", analizó Pochmann.

Muchos especialistas criticaron los números presentados por el PNAD porque no registran las ganancias del capital financiero al limitarse al factor trabajo. Por los números divulgados por la Federación Brasileña de Bancos (FEBRABAN), el sector bancario embolso el año pasado ganancias por 136 mil millones de reales, contra 92,5 mil millones en 2006.

En lo que va del 2008 los bancos volvieron a batir nuevos récordes. Los balances divulgados por los dos principales instituciones bancarias muestran lo bien que les va. Bradesco declaró 2,102 mil millones de reales y el Unibanco otros 741 millones, un crecimiento respecto el año pasado del 23,3 y 27,5 por ciento respectivamente. O sea, lo que le llevó a la industria 7 años para crecer, los bancos lo hacen en 3 meses.

Sin negar las mejoras registradas por la PNDA, lo hay que tener en cuenta, según Ricardo Paes de Barros, coordinador del IPEA es: “nuestra desigualdad es inmensa” y “a esta velocidad que vamos, para llegar a la desigualdad registrada en el mundo tenemos que repetir nuestro desempeño por 18 años consecutivos".

A pesar de que el PBI brasileño viene creciendo en los últimos tres años, las últimas estimaciones estiman una reducción para el próximo año del 5 actuales para el 3,5 por ciento. Si además, se tiene en cuenta la crisis mundial y la caída de los precios de las commodittes, todo indica que el país crecerá menos en los próximos tiempos.

Por esta razón lo que hoy vive el pueblo brasileño es una brisa que pasará pronto. Cuando la torta se achique y todavía se mantengan las estructuras de concentración de la riqueza, los ricos continuarán con sus privilegios por sobre la miseria de la gran mayoría. O al menos, eso demuestran los resultados actuales.

segunda-feira, 6 de outubro de 2008

Brasil y su industria militar

Por Rodrigo Menitto | Desde San Pablo, Brasil. APM

Ya está concluido el Plan Estratégico Nacional de Defensa (PEND) que buscará colocar la producción brasileña entre las mejores del mundo. Algunas observaciones al respecto.

El Plan Estratégico Nacional de Defensa (PEND) se venía gestando desde julio de 2007 a través de un decreto presidencial que conformó el grupo de trabajo compuesto por el Ministro de Defensa, Nelson Jobim, el Ministro de la Secretaria de Planeamiento de Largo Plazo, Roberto Mangabiera Unger y los comandantes de la Marina, el Ejército y la Fuerza Aérea.

En su momento el presidente Luiz Inacio Lula da Silva argumentó: "Tenemos que colocar nuestra inteligencia, militar y civil, para pensar lo que nosotros queremos ser en el sentido de las Fuerzas Armadas, en el sentido de nación soberana en los próximos diez o quince años".

El ministro Jobim fue más específico: "Por esto, le cabe a cada Fuerza responder como podría cumplir sus tareas, estableciendo claramente las necesidades nacionales no a partir de condicionantes del pasado, pero si en una perspectiva de futuro, o sea, de vanguardia tecnológica".

Este nuevo empuje de la industria militar no se aleja mucho del proyecto iniciado por la dictadura militar (1964-1985), que conjuga una alianza entre el sector estatal y el privado a través del Instituto Tecnológico de la Marina (ITA) y el Comando General de Tecnología Aeroespacial (CTA).

"Sabemos que el sector privado solo invierte si tiene perspectiva de ganancias, por eso el Estado tiene que asegurar el desarrollo de vanguardia tecnológica para después transferir la tecnología al sector privado dentro del juego de la industrialización. Así podremos decir a los líderes internacionales que Brasil no es comprador", defendió el ministro Jobim.

Según los datos de la Asociación Brasileña de las Industrias de Materiales de Defensa y Seguridad (ABIMDE), Brasil se encuentra en el 12° lugar en gasto militares en le mundo. Con los futuros gastos, el gigante sudamericano pasaría del 1,4 al 2,4 por ciento respecto a su Producto Bruto Interno (PBI).

Aún así, está lejos de otros países vecinos con respecto al gasto militar. Según el Anticipo del Balance Militar 2008 de Nueva Mayoría en comparación de los presupuestos militares con el PBI, hubo un aumento con respecto del año pasado de “Chile de un 3,27 por ciento a un 3,73 por ciento, y Colombia de un 3,5 por ciento a un 3,34 por ciento, respectivamente, en lo que hace a valores en sostenido incremento”.

Esta política militar de unir el sector estatal y el privado viene de la mano de la propuesta realizada por Brasil el 23 de marzo en la cumbre constitutiva de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), para la conformación de un grupo de trabajo para la definición del futuro Consejo Sudamericano de Defensa.

“No es una alianza operativa, no es una Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) del sur, no es un Ejército conjunto del sur, es una entidad que estará en el marco de la Unasur para formar e identificar una política de defensa suramericana", declaró en su momento el ministro de defensa Nelson Jobim. (Ver: “La nueva consigna militar en Sudamérica”. APM 18/07/2008).

En ese sentido, los pasos dados por el gobierno Lula, representan un cambio importante tanto en su política interna como externa en relación a la defensa y la industria militar.

Veamos algunas consideraciones al respecto:

La industria militar brasileña ya demostró su capacidad cuando -en sus años dorados- le disputó el mercado a Estados Unidos, Bélgica e Israel en la venta de armamento hacia Medio Oriente a de los 70 y principio de los 80.

Para el presidente de la ABIMDE, Carlos Frederico Queiroz Aguiar será importante el compromiso de compras a futuro hecho por el gobierno Lula dado que "cualquier proyecto tecnológico en el área lleva en media de tres a cinco años para salir del papel y necesita de seguridad de compra para los primeros lotes".

Como ejemplo de la potencialidad de la industria militar se puede citar la venta de tres regimientos de cohetes Astro II para Malasia, un negocio de 250 millones de dólares.

Además, se puede detectar el creciente mercado de armas de fuego. El estudio hecho por la ONG “Viva Río” indica que las ventas al exterior de pistolas, revólveres, fusiles y municiones pasaron de 44 millones de dólares en la década del 80 a 94,3 millones de dólares en 2003.

Es por esto que los empresarios de la industria militar están haciendo lobby para que los agregados militares en las embajadas brasileñas funcionen como representantes comerciales para futuras exportaciones.

La industria está conformada por la AVIBRAS (Industria Aerospacial), considerada la joya del complejo militar, que en los años 80 se especializó en blindados y sistema de artillería antiaérea exportados principalmente hacia Medio Oriente. También producen varios tipos de misiles, sondas espaciales, sistemas de radar y comunicación.

IMBEL (Industria de Material Bélico de Brasil), tiene el monopolio en fabricación y venta de Fúsil de Asalto Leviano (FAL), utilizado por las Fuerzas Armadas y la policía. El 50 por ciento de su producción se exporta hacia Estados Unidos.

EMGEPRON (Empresa Gerencial de Proyectos Navales), es controlada por la Marina, apunta al desarrollo de tecnología en sistemas navales, municiones y navíos de guerra. Si se llega aprobar la construcción del submarino atómico, será la encargada de la fabricación. También fabrica fragatas Clase Niterói (con cañones 4.5 y 40 milímetros, lanzador de cohetes y torpedos), corvetas, navíos-patrulla y lanchas de acción rápida.

EMBRAER (Empresa Brasileña de Aeronáutica), fue fundada después del golpe militar en 1969 para producir aviones militares y civiles. Privatizada en 1994 se convirtió en la tercera fabricante del mundo, atrás de de Airbus y Boeing. Ya produjo más de 5 mil aviones que se encuentran en funcionamiento. El avión militar Super Tucano con capacidad de llevar 1,5 tonelada de munición ya fue vendido a 22 países.

Taurus fabrica armas de caño corto desde 1939. El 75 por ciento de su producción es para exportación y con una facturación semestral de 262 millones de reales.

CBC (Compañía Brasileña de Cartuchos), es la única productora de balas en el mercado civil. Fue estatizada en 1979 por la dictadura. Actualmente exporta el 70 por ciento de su producción.

Brasil cuenta con un parque que vende armas a 70 países. A pesar de ser un gran productor, Estados Unidos es el principal comprador, le sigue Indonesia, Yemen, Argentina y Alemania. Los números no fueron divulgados, pero según la ONG Comunidade Segura estima que en los últimos 15 años se exportaron 1,18 mil millones de dólares, de los cuales 802 millones en armas y 377 millones en municiones.

El presidente Lula decidió analizar el nuevo PEND con el Consejo de Defensa que tiene por función decidir sobre temas relacionados por la soberanía nacional y defensa del Estado democrático. El mismo está precedido por el Presidente de la República, el Vicepresidente, los presidentes de la Cámara de Diputados y Senadores, los ministros de Defensa, Justicia, Relaciones Exteriores y Planeamiento, además de los comandantes de las tres Fuerzas Armadas.

Más allá de cumplir un aspecto burocrático, el presidente Lula busca un compromiso amplio de todas las fuerzas políticas para un verdadero cambio de la política militar del mayor país del continente. Porque se está planificando nada menos que una inversión de 3 mil millones de dólares que serán gastados hasta finales de 2010.

En palabras del ministro Jobim: "Este es un proyecto de Estado, no de gobierno".

Dentro de la propuesta, se tiene también como objetivo favorecer las empresas militares brasileñas con asociaciones con otras extrajeras dispuestas a transferir tecnología. Todo esto será financiado con créditos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.

Es el caso del contrato de casi 25 millones de dólares firmado por la empresa Iveco, del grupo Fiat, para desarrollar una nueva generación de tanques brasileños Urutu 3. Este criterio se tomó a partir de la suspensión de la compra de 36 aviones de combate supersónicos por 2,2 mil millones de dólares, para fabricar aviones de menos tecnología, pero de fabricaciones nacional.

Otro aspecto, será un cambio en la ley de licitación para la compra de armamento por las tres fuerzas, donde se dará privilegio a la industria brasileña.

Una línea defendida por el ministro Mangabeira Unger sostiene que "Brasil debe organizar y equipar sus Fuerzas Armadas, alredor de una vanguardia tecnológica y operacional, pautada por movilidad, flexibilidad y audacia, por capacidad de sorprender, de desbordar y resistir”.

“No seremos los más poderosos, seamos los más inteligentes y osados", destacó el ministro tiempo atrás.

En entrevista telefónica con APM, el miembro del Instituto de Relaciones Exteriores de la Universidad de San Pablo (USP), Roberto Teixeira da Costa le resta dimensión al nuevo proyecto del Gobierno brasileño.

“Históricamente Brasil siempre tuvo un gasto militar pequeño en relación a su dimensión territorial y marítimo. En este sentido Chile siempre estuvo al frente de los gastos en defensa”, argumentó Teixeira da Costa.

A su vez, sostiene que los nuevos gastos en defensa “están mas relacionados como un reflejo hacia los acuerdos de Venezuela con Rusia, a través de sus compras y maniobras conjuntas, para no quedarse tan atrás debido al papel que Brasil quiere cumplir a nivel continental”.

Como la seguridad nacional no está separada de los negocios, el especialista en relaciones internacionales destaca el hecho de “la crisis económica mundial también lleva la necesidad de diversificar las exportaciones para atenuar la desaceleración del comercio brasileño”.

Dependerá de los demás países de la región ver este paso del gigante sudamericano como una amenaza o como una oportunidad. Los países deben consolidar una política de defensa del continente, pero también pueden reformular sus propias políticas militares y transformarse en socios productores de Brasil, o quedarse simplemente como simples clientes de la nueva industria bélica brasileña.

Si se tiene en cuenta los diferentes acuerdos económicos y los bajos precios de los productos militares brasileños, a futuro este país será un proveedor en potencia para todo el continente.

Por lo que se pudo saber hasta el momento, el objetivo del PEND será defender la región del Amazonas y la inmensa la costa brasileña, donde se encuentran las principales riquezas como el nuevo descubrimiento de petróleo en la plataforma marítima.

Por lo que se difundió, no figura nada sobre el Acuífero Guaraní, la mayor reserva de agua dulce del mundo. "Si Brasil quiere ascender al primer plano del orden mundial, necesita de un escudo para defenderse, no sólo contra las agresiones, sino también contra las intimidaciones. Este es el objetivo del PEND", afirmó el ministro Mangabiera.

En entrevista con APM, Demétrio Magnoli integrante del Grupo de Análisis de Conjetura Internacional de la USP sostuvo que “el PEND es el resultado de dos tendencias dentro del gobierno Lula. Un sector preocupado con el tema practico de la situación de las fronteras del Amazonas, que deriva en problemas de narcotráfico, las incursiones de las FARC en territorio brasileño como lo que sucedió con el bombardeo de Colombia en territorio ecuatoriano. Por otro lado, un sector ultranacionalista que pretende implementar un keynesianismo militar”.

Algunas estimaciones dicen que las futuras exportaciones pueden llegar a 5 mil millones de dólares al año. Si esto sucede, Brasil se encontrará como el cuarto o quinto proveedor de productos militares del mundo, operando principalmente en los continentes africano, asiático y algunos países árabes; que se tiene como un mercado en expansión.

A pesar de la clara superioridad de Brasil con respecto a sus vecinos, para Magnoli este país “actualmente no cuenta con un parque industrial militar y si con una industria fragmentada”. Por esto el PEND buscará justamente unir las piezas sueltas y constituir en un futuro un verdadero complejo militar a semejanza de los países del primer mundo.

El analista ve que este nuevo plan es netamente defensivo, pero marca la necesidad de una interacción más próxima tanto en lo táctico como en lo estratégico con Argentina. En el mismo sentido, una de las conclusiones del documento Anticipo del Balance Militar 2008 es que “la interoperabilidad entre las Fuerzas Armadas de la región es muy baja, dado que poseen sistemas de armas muy diferentes, al igual que reglamentos y procedimientos distintos, siendo éste un gran obstáculo a resolver si se pretende avanzar en estructuras de defensa coordinadas”.

Algo ha cambiado en el continente suramericano. Venezuela ya compró armas y coordina ejercicios militares com Rusia. Por su parte, Bolivia estrecha lazos y adquicciones de helicópteros de Moscu. Dependerá de los países profundizar relaciones tanto en lo táctico como en lo estratégico. Los peones se movieron.

quarta-feira, 1 de outubro de 2008

La Bossa Nova y el Orfeo negro

La historia del musical que unió a Tom Jobim y Vinicius de Moraes que luego compondrían la canción Chega de Saudades que dio origen a la bossa nova que conmemora sus 50 años.

Rodrigo Menitto
Desde San Pablo, Brasil

-¿Hay platita en eso?
-¿Cómo me vas hablar de plata? Tom, este es el poeta Vinicius de Moraes.
El indignado era el periodista Lúcio Rangel y el insolente Antônio Carlos Jobim. Eran principios de 1956 y los tres estaban sentados en una apretada mesa del bar Casa Villario en Río de Janeiro. Allí nació el dúo de compositores que cambió para siempre la historia de la música brasileña.
Vinicius de Moraes había regresado a la entonces capital brasileña después de tres años de ausencia por ocupar el cargo de vicecónsul en París. Traía consigo la adaptación del mito griego de Orfeo para un musical con actores negros ambientado en las favelas cariocas al compás del samba. Sin embargo le faltaba alguien para componer la música a la cual él pondría la letra.
Los futuros compositores de “Garota de Ipanema” ya se habían conocido en 1953, cuando el poeta se adentró en el Club da Chave y le llamó la atención el piano tocado por Tom Jobim. Al terminar la maratón musical, los dos se fueron a comer un revuelto de jamón en el bar Pescadores y charlaron hasta el amanecer. El segundo encuentro fue en un corto viaje de Vinicius, cuando todavía vivía en Francia, en la casa nocturna Todo Azul para ver nuevamente a Tom. Salieron juntos después para el bar Far-West con un amigo de Jobim, João Gilberto el creador del ritmo y la forma de cantar de la bossa nova. "Yo hablaba y los dos escuchaban. Todo lo que decía parecía profundo" recordaba Vinicius en una entrevista en mayo de 1978.

Sobrevivir en la madrugada


Para el joven Tom Jobim, con entonces 29 años, la propuesta del poeta era más que tentadora. Pero la vida no le era fácil, casado y con un hijo de seis años, sumado a un incansable “enemigo declarado” que le pisaba los talones todos los meses, el alquiler. La epopeya de llegar a fin de mes lo obligaba a trabajar por la madrugada como pianista en todos los boliches y casas nocturnas de la Zona Sur de la ciudad carioca. Aquellas noches frente al piano no era el destino soñado por un hombre que se había sacrificado horas y horas estudiando Villa-Lobos, Debussy, Ravel, Chopin, Bach, Beethoven y Custódio Mesquita. Se le hacía cada vez más difícil tragar el bife con huevos en el Far-West, donde veía el amanecer todos los días después del trabajo. Sin embargo, para aquella época Tom ya había conseguido dos logros en su carrera como compositor. Uno fue la grabación de la canción “Teresa da praia” de su autoría junto a Billy Blanco por las dos grandes voces de la década del 50, Dick Farney y Lucio Alves. Por otro lado, la grabación de su disco “Sinfonia do Rio de Janeiro” con la participación de grandes músicos y cantantes ganó el reconocimiento de sus colegas y especialmente de Vinicius, a pesar del rotundo fracaso comercial.

La diplomática poesía


Recibido de abogado Vinicius de Moraes trabajó algunos años en el Ministerio de Educación de Río antes de empezar la carrera de diplomático en 1943. Con tres libros publicados marcó un estilo de versos simples y cargados de intensidad con los cuales conquistó la admiración del gran público e intelectuales.
El trabajo en el exterior le permitió a Vinicius hacerse amigo de poetas como el chileno Pablo Neruda y el cubano Nicolás Guillen. Considerado por sus colegas de versos el único en “vivir como un poeta”, por el ímpetu con el cual se entregó a las mujeres que amó y a una vida donde los días terminaban al amanecer.
En los tiempos previos a la bossa nova, el bajo sueldo del Itamaraty (Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño) para quienes no estaban en el exterior lo llevó escribir en el diario carioca Última Hora donde hizo un poco de todo, desde crónicas diarias, crítica de cine y hasta responder el correo sentimental con consejos amorosos firmando con el seudónimo de Helenice.

Brasil era una fiesta


Los finales de la década del 50 mostraba un Brasil pujante con el desarrollista Juselino Kubichek en la presidencia y su consigna de “50 años en 5”. Los brasileños vieron a la producción industrial pegar un salto de 80 por ciento por a la fuerte entrada de capitales extranjeros y multinacionales. Y por si fuera poco, Pelé, Garrincha y compañía volvieron de Suecia con la copa del mundial de futbol en 1958.
Río de Janeiro, antes de dejar de ser capital en 1960, era el polo cultural por excelencia al concentrar las principales exposiciones de arte, editoras, grabadoras, diarios, canales de televisión y radios del país. Era el destino buscado por todos aquellos que aspiraban a vivir del arte. El lugar de encuentro de estos bohemios y soñadores era el bar Casa Villario en el centro de la ciudad carioca, del cual la historia más repetidas era que de sus mesas se podía salir con un musical completo, incluyendo libreto, canciones, escenario, carteles y hasta la crítica (a favor y en contra). Por eso, no es de extrañarse que haya sido en el Villario que Tom Jobim y Vinicius de Moraes dieron inicio a una fructífera producción musical.
Un bar que tenía las paredes decoradas con dibujos hechos con pinceles, tiza o lápiz labial, por artistas de la talla de Pancetti, Carlos Leão y Agusto Bandeira. Sus habitués eran poetas, artistas, periodistas, compositores como Ary Barroso, Haroldo Barbosa, Fernando Lobo, Paulo Soledade y Dorival Caymmi (fallecido recientemente) y las cantantes Dolores Duran y Aracy de Almeida. Junto a ellos una vieja guarda de lujo, el poeta Carlos Drummond de Andrade y el maestro Villa-Lobos, hombres sexagenarios en ese entonces.

El Negro Orfeo


Otro hombre que jugó un papel importante en el montaje de la obra fue el entonces cuñado de Vinicius, Rolando Bôscoli. Sus opiniones eran muy respetadas por el poeta que también le encargó introducir el lunfardo de las calles cariocas para darle más realismo a los diálogos de los personajes.
Las partituras tomaron forma en la casa de Tom en el barrio de Ipanema, acompañado de los estridentes llantos de Paulinho, hijo del pianista con su primera esposa. Cuando Tom se aflojó y Vinicius se sirvió el primer vaso de whisky los temas comenzaron a fluir y el resultado agradó a ambos. Quedó así aprobado tomar durante el trabajo y el poeta no se cansó hasta convencer a su nuevo colega en dejar la cebada por whisky, porque la "cerveza es una pérdida de tiempo”.
Orfeo da Conceição se estrenó un lunes 25 de septiembre de 1956 en el Teatro Municipal de Río. Contó con un moderno escenario diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer, el mismo que planificó Brasilia (capital brasileña inaugurada en 1960). La guitarra que toma el lugar que tenía el arpa en el mito original fue tocada por el gran instrumentista Luis Bonfá por decisión de Tom.
Los protagonistas del elenco negro fueron Haroldo Costa (Orfeo), Léa Garcia (Mira) y Dirce Paiva (Eurídice). Fue una de las primeras veces que se vio a los negros arriba de un escenario como actores y no como empleados de limpieza.
Con una semana a sala llena se tuvieron que mudar a otro teatro, porque Vinicius al no ser muy ducho como empresario, apenas reservó el teatro por siete días. La repercusión dio buenas perspectivas y se decidió llevar Orfeu para San Pablo, pero el escenario de Niemeyer se desvaneció en el aire en algún punto entre Rio y la ciudad paulista sin nunca aparecer.
De todas las canciones “Se todos fossem iguais a você” tuvo un enorme éxito que dio la oportunidad de grabar un disco con la regencia de Tom, los versos recitados por Vinicius y el sambista Roberto Paiva cantando las canciones de la obra. Una auténtica rareza disputada por coleccionistas.
El editor musical, Enrique Lebendiger, convenció a Vinicius y a Tom de editar las canciones de la obra por la poderosa Editora Fermata con sus filiales en Buenos Aires, Nueva York, Zurique, Tokio y Sidney. Les prometió "protección total" para las futuras ejecuciones y regrabación del repertório dentro y fuera de Brasil. Fue tamaña protección que era casi imposible que ellos recibieran algo por derecho de autor.
Con la dirección del frances Marcel Camus, en 1959, se filma la versión cinematográfica con el nombre de Black Orfeu. El productor de la película, Sacha Gordine, les pide nuevas canciones a Tom y Vinicius. Al dúo le extrañó la exigencia de hacer todo el trabajo nuevamente, pero se supsieron otra vez a componer y así nacieron los clásicos “A felicidade”, “Manhã de Carnaval” y “Samba do Orfeu” de Luis Bonfá y Antônio Maria. La producción cosecha los premios Palma de Oro en Cannes y el Oscar a mejor película extrajera. El extraño pedido de Gordine se explica cuando se ven otra vez estafados. Del total recaudado cada uno recibe apenas el 10 por ciento del que, además, se les descuentan los impuestos en Francia.

Chega de Saudades


Después de una temporada fuera de Río de Janeiro, João Gilberto buscó a Tom Jobim, entonces arreglador de la grabadora Odeon, para mostrarle dos músicas de su autoría, “Bim-bom” y “Hô-ba-la-lá” a finales de 1957. El ritmo que Tom escuchó en la guitarra lo desconcertó por la amplitud que permitía introducir las modernas armonías en las cuales venía trabajando. Buscó en el cajón algo que ya estuviese listo para probar la novedad, encontró la canción “Chega de Saudades” que le faltaba la letra. Vinicius tenía las valijas lista para asumir su puesto diplomático en París cuando llegó Tom con el tema, entonces postergó por unos días el viaje. Considerada por el poeta una de las letras que más trabajo le dio por la compleja estructura musical, fue grabada en 1958 por João Gilberto con la producción del mismo Jobim. Hasta entonces los samba-canciones, los boleros y los tangos dominaban las radios con letras dramáticas interpretados únicamente por cantantes de gran potencia vocal. "Chega de Saudades" rompió las estructuras a partir de una letra con lirismo coloquial y alegre, una armonía de acordes modulantes y una interpretación en voz baja y uniforme que se adelanta o se atrasa a la base rítmica. Músicos como Caetano Veloso, Gilberto Gil, María Bethânia, Chico Buarque coinciden que está canción transformó sus formas de escuchar y hacer música.

El último encuentro


En 1962 el empresario Flávio Ramos organiza en su casa nocturna, Au Bon Goumert, la más prestigiosa en Río de Janeiro, el espectáculo “O Encontro”. Un recital que reunió por única vez a Vinicius, Tom, João Gilberto y Os Cariocas (reconocido grupo vocal). Durante 45 días se pudo ver por primera vez a Vinicius cantando con un vaso de whisky que dejó enfurecidos a sus jefes del Itamaraty que le prohibieron que cobrara por las presentaciones, porque no correspondía al “protocolo”. En ese extraordinario encuentro se dieron a conocer los mayores clásicos de la bossa nova como “Samba do Avião” de Tom, “Samba da Benção” y “Astronauta” de Vinicius y Baden Powell, y la mundialmente famosa “Garota de Ipanema” de Tom y Vinicius. Con esta canción, que llevó la música brasileña a todo el planeta, se finalizó la producción de uno de los mayores dúos de compositores de todos los tiempos.
Por caminos separados siguieron componiendo intensamente hasta que la muerte los encontró, a Vinicius a mediados de 1980 y a Tom Jobim a finales de 1994. El legado de ambos transcendió las fronteras del país tropical cuando el cantor norteamericano Frank Sinatra y los jazzistas Miles Davis, Sara Vaughan, Gerry Mulligan, Stan Getz incorporaron a la bossa nova a sus repertorios, y le dieron así el merecido reconocimiento internacional.


Fragmentos de Orfeo da Conceição


Eurídice: Lágrimas de mi inmenso amor, lágrimas
Tan puras... sobre tu piel oscura
Recuerdan estrellas de la noche... déjame ver
Quiero beber una a una las lágrimas
Embriagarme de estrellas...

Eurídice: ¿Muerte? Morir... ¿Y si me muero?
¿Vos lo sentirás mucho? ¿O quedarías, quién sabe, hasta aliviado?
Orfeo: ¡Cállate la boca, querida! Si yo te perdiera yo iría a buscarte así fuese en el Infierno, tanto te quiero!

Coro final: Se juntaron la Mujer, la Muerte, la Luna
Para matar a Orfeo, con tanta suerte
Que mataron a Orfeo, el alma de la calle
Orfeo, el generoso, Orfeo, el fuerte
Pero las tres no saben de una cosa:
Para matar Orfeo no basta la Muerte.
Todo muere, lo que nace y lo que vivió,
Sólo no muere en el mundo la voz de Orfeo.

La voz y el ritmo


Nacido en una pequeña ciudad del interior Bahía, Juazeiro, João Gilberto fue a Río para intentar suerte en el grupo vocal los Garotos da Lua en 1950. Al poco tiempo se desvincula de aquellos, pero con una personalidad que seducía siempre algún benefactor pasó 5 años sin trabajo fijo viviendo la bohemia carioca. Sin ninguna perspectiva abandona la ciudad para pasar una temporada en la casa de su hermana Dadainha. Sería allí, enclaustrado por infinitas horas en el baño (por la acústica) y con una obsesión extrema, que João Gilberto concebió esa forma intimista de cantar y de tocar la guitarra que sintetizó el samba tradicional que se conoce como bossa nova.

El mito


Hijo del dios griego Apolo y Calíope, Orfeo tenía el don de tocar las más magníficas melodías en su arpa.
Su gran amor, Eurídice, al huir del pastor Aristeo fue mordida por una serpiente y muere. Por la angustia de la pérdida, Orfeo decidió bajar al mundo de los muertos de Catábasis para buscar a su amada. Los guardianes Hades y Perséfone se conmovieron con la música de Orfeo y le permitieron regresar con Eurídice, pero con la condición que durante el camino hacia la superficie no la mirara. Casi al final del camino, Orfeo sin poder contener su ansiedad se voltea y pierde para siempre a Eurídice.
Las musas del dios Baco ofendidas por la debilidad de Orfeo lo atacaron y lo descuartizaron.

Fuente:
Chega de Saudades, Ruy Castro, Companhia das Letras, 1990.