terça-feira, 27 de novembro de 2007

Caminos de libertad

En Trenchtow, un de los tantos barrios pobres de la capital jamaiquina, Cedella Booker de 19 años dará a luz, un 4 de febrero de 1945, al hijo del marinero inglés Norval Sinclair Marley. Este chico, criado bajo las fuertes influencias de la cultura africana, llegará a ser una de las mayores influencias de la música moderna.

Las raíces

Bob Marley conocerá las tradiciones de la isla a través de su abuelo; un myalman que practicaba ancestrales ritos de hechicería. Sin embargo será atraído, y se plegará hasta los últimos días de su vida, a las creencias del Rastafarismo. Esta creencia surge en los años 20 de la mano de un orador evangelista llamado Marcus Gravey. Este pastor pelegrino deambuló por muchos lugares de Jamaica y profetizó la llegada de un mesías negro, un rey que desde África repatriaría a las distintas tribus desperdigadas por el mundo al continente negro desde donde fueron arrancadas. Para la década del 30 Etiopía corona como emperador a Haile Selassie, los rastas de Jamaica lo reconocen como Ras Tafari, el único Dios verdadero de la profecía, el Rey de Reyes, Señor de los Señores, el León Conquistador de Judas; o simplemente, Jah.

Los inicios

Luego de las primeras incursiones por la música conformaría junto a Peter Tosh y Neville Livington el grupo que marcaría a fuego la música jamaiquina: The Wailers. Después de contratos viles con discográficas locales deciden formar su propio sello para mantener una libertad artística que les era coartada. Para mantener sus ideales en las letras y el honor a su nombre (Los Lamentadores) The Wailers se mantuvo por fuera del circuito de las radios comerciales y las giras promocionales. Buscaron un camino alternativo hasta que dieron con el productor blanco y jamaiquino Chirs Blackwell; éste les haría de mecenas en su primer disco profesional Catch a Fire. Los Wailers no eran un grupo de reggae más, sino que emanaban el sentimiento de los esclavos, los marginales, los oprimidos de siempre. En las canciones estaba presente la actitud de los rastaman, los exiliados de Babylon; los que no votan, los que no son considerados en los censos, los que rechazan las reglas de la sociedad del mismo modo en que la sociedad los rechazó. Los parias. Por estas razones la música no era para Bob Marley simples estribillos o rimas pegadizas, era un deber: "Dios me envió a la tierra. Me envió para hacer algo, y nadie puede pararme. Si Dios quiere que pare, paro. Pero ningún hombre podrá detenerme".

La Búsqueda de la Libertad

Jamaica nunca fue un país fácil en el cual vivir; la miseria extrema y los conflictos políticos están al orden del día. En este huracán social Bob Marley era un referente al cual todos querían tener de su lado. El ya consagrado músico se mantuvo siempre en un difícil punto de equilibrio que le valió un atentado con armas de fuego y el exilio forzoso en países cercanos. "Tomará muchos años, man, y tal vez alguna sangre deberá ser derramada, pero el bien prevalecerá algún día". Su compromiso con los pueblos oprimidos de África lo llevaría hasta Zimbabwe en abril de 1980. La guerra por la independencia llevada a cabo por el ZANLA (Zimbabwe African Libertation Army) concluiría con una visita de Bob Marley para festejar la emancipación, considerado un referente de los guerrilleros por su tema libertario Zimbabwe.

Muchos lo tomaron con gracia y otros muy en serio el sueño rastafari de volver a la tierra prometida; hasta el mismo Bob Marley. Sin embargo los proyectos muchas veces no son acciones literales sino metafóricas. El punto mas importante del regreso al supuesto paraíso no es la realización concreta del éxodo, sino su entendimiento conceptual. Babylonia es visto como el centro del poder explotador de los hombres, y el sueño es construir una hermandad: Etiopía. "A causa de las riquezas económicas (que son pura frivolidad y locura) se necesita un ingeniero, el papel, la impresora, la máquina que corta los billetes y todas esas cosas. La riqueza de la tierra es una gracia de Dios que el hombre corrompió al convertir esa bendición en dinero. Si te querés enriquecer, tenés que hacer un trato con el diablo, porque él es quien maneja la mesa de dinero", sentenciaba Marley.

La Planta Sagrada

Es imposible separar a Bob Marley de su planta sagrada: la marihuana. "Cuando fumás hierba, la hierba te revela a vos mismo. Todas las cosas raras que hacés, la hierba te las revela a vos, a tu conciencia. Es algo natural, y crece como los árboles". Esta característica de Marley y sus seguidores siempre fue el chivo expiatorio para inculparlos de los males de la seguridad y justificar una represión despiadada. El Rastafarismo dio, indudablemente, otra dimensión sobre el consumo de la marihuana para las nuevas generaciones; una búsqueda mas allá de una simple diversión pasajera.
Como en muchas partes del mundo, inclusive en Jamaica, el consumo de la marihuana permanece como un acto fuera de la ley. Las rentabilidades millonarias de los banqueros (que lavan el dinero), los traficantes, la policía y el poder político (que de ella se financian) mantendrán a la hierba como algo ilegal para sus intereses. Mientras tanto 12 millones de argentinos, según datos extra oficiales, continuarán a merced de un Estado que reprime con la cárcel a todo aquel que no cumpla con los deberes del buen ciudadano y la moral de la buena familia.
Bob Marley dejó un legado sobre el valor de la libertad, el sometimiento al poder y el amor al prójimo que sirven como guía, como una luz hacia el futuro.

Um comentário:

Que Nos Parió disse...

Buenisimo! copado blog con una nota de arranque de Bob. Nada mal!
me gustó, y ya está entre mis lecturas de la izquierda (de mi blog, jeje)